La salud pública es responsabilidad de tod@s

Dr. William Matias Jouk
Según la constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 1948, la salud se define como: "Un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia". 

Antes de continuar, sería interesante hacernos la siguiente pregunta, ¿Es salud lo que impera en la mayoría de la población dominicana?

La salud es más que algo imaginario, es un medio imprescindible en cualquier ser humano para llegar a un fin, el tener una vida individual y grupal productiva.

Por lo antes mencionado el estado de salud de una población debe de cumplir ciertos prerrequisitos, dentro de los cuales tenemos: la paz, adecuados recursos económicos y alimenticios, vivienda, un ecosistema estable y un uso sostenible de los recursos.

Estos ponen de manifiesto la cercana relación entre las condiciones sociales, el ambiente y la salud. Salud pública es más que dos palabras, es un concepto de importancia tanto social como política que tiene como objetivo principal prolongar la vida y mejorar la calidad de vida de las poblaciones. Para que este objetivo se pueda cumplir, y no sea más que una utopía, la responsabilidad no recae solamente sobre las autoridades competentes, recae sobre toda la sociedad.

Nuestro país necesita dar un paso hacia adelante y cambiar la metodología de trabajo. Es una práctica común de todos los gobiernos, promover salud contribuyendo con el "asistencialismo", más que con el empoderamiento. 

Las naciones que cuentan con presupuestos multimillonarios para el sector salud, invierten más en prevención que en solucionar problemas ya establecidos. La enfermedad más que con medicamentos, se cura con educación. Educación que a la larga se convierte en empoderamiento social.

La promoción de la salud debe de ser prioridad para cualquier gobierno ya que la misma permite a las personas incrementar el control sobre su salud para mejorarla. Lograr una participación activa por parte de la población es esencial para sostener la acción en materia de promoción de salud. Para que esto se logre nuestras autoridades deben de formular y a la vez aplicar las políticas públicas destinadas al área, crear entornos que fomenten la salud, fortalecer las acciones en las comunidades trabajando directamente con los ciudadanos y reorientar los servicios sanitarios hacia la prevención más que hacia el tratamiento de enfermedades.

La participación de cada ciudadano es el corazón que mueve toda la maquinaria para sostener los esfuerzos. Las personas tienen que ser el centro de acción y los protagonistas a la hora de tomar decisiones en las cuales estos estén involucrados. La salud no debe de ser recordada y tomada en cuenta solo cuando la misma está siendo afectada, al contrario su búsqueda y mantenimiento debe de ser diaria y constante.

Podremos hablar de cambios cuando nuestras autoridades y nuestra población entiendan, que al igual que la alfabetización en letras, existe una alfabetización sanitaria, el acceso a la educación y a la información es primordial para conseguir una participación constante y positiva. Dicha educación no solamente aborda la transmisión de información, sino por igual el fomento de la motivación y las habilidades personales. Es decir supone que la comunicación y desarrollo de las habilidades de los ciudadanos demuestren la viabilidad del sistema y las posibilidades de organización para formular acciones dirigidas a lograr cambios sociales de mucha mayor envergadura, que al final favorezcan la salud. Así pues, el cambio es directamente proporcional a nuestro esfuerzo, un esfuerzo de tod@s.

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