¿Cuál es el rol del(a) maestro(a)?

Por Eladio Jiménez
En días pasados me topé con un artículo donde discute la validez de la profesión docente. Vasta con ver los siguientes ejemplos para entender la posición del autor:
“Sus funciones y roles pueden ser asumidos fácilmente por otros agentes educativos con mucha menos escolaridad; la presencia física o virtual del maestro sigue siendo relativa desde que el aprendizaje puede darse con él, sin él y a pesar de él.”
“No conozco profesión más invadida, violada y compartida por otros agentes educativos que no han pasado por las escuelas de pedagogía que la profesión de maestro”
“Hubo una época en la que para dar clase no era necesario la carrera de maestro, era suficiente ser una persona culta. Pero hoy se consiguen con lupa maestros cultos, maestros que transmitan cultura y humanismo, maestros que se expresen y escriban correctamente lo que piensan.”
El título de esta otra entrada es también otro ejemplo de lo mal parada que parece estar la profesión docente.
¿Será posible que esta percepción del maestro esté basada en una idea incorrecta de lo que significa ser docente?
¿Será posible que algunos no estemos claros de cual es la misión que como docentes tenemos?
La trasmisión bana de conceptos hace mucho que dejó de ser el objetivo principal del ser maestro, para lograr encontrar cualquier información que un individuo considere relevante, basta con tener acceso a internet. La cátedra en el aula no es mas la razón de la existencia del docente, puesto que youtube tiene miles, si no millones de cátedras en video a disposición de cualquier persona.
Entonces, ¿Cuál es el rol del docente en la sociedad actual?
Tod@s l@s que nos dedicamos a la enseñanza estamos de acuerdo en que el estudiante y sus necesidades son el centro de la actividad áulica, de ahí que el trabajo del docente está en crear las situaciones que permitan al estudiante construir los conceptos necesarios para convertirse en la mejor versión de sí mismo que él o ella pueden ser.
La mera transmisión de datos no es suficiente para crear mejores seres humanos, y si bien siempre hemos dicho que la educación y los valores deberían provenir de casa, a falta de esta, es responsabilidad del docente suplir la necesidad.
Los docentes estamos llamados a ser compañeros de viaje de los estudiantes a nuestro cargo, aportándoles las herramientas que les permitirán vivir una vida plena en un mundo que no podemos siquiera imaginar. Esas herramientas actitudinales mas que aptitudinales van más allá de las operaciones matemáticas o de la gramática. Nuestro trabajo apela al ser del individuo, a los que lo hace único y especial.
Si nuestro rol solo es el de transmisor de conocimientos, entonces la nuestra es una profesión destinada a desaparecer.

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